¿En la
lejana melancolía
que en el
muro de la noche escribe,
has dibujado
pensamientos
en forma de
palomas mensajeras?
Así mi
corazón es oleaje
que llega a
la arena
disolviéndose
en espuma y sal.
Te he
buscado en cada esquina,
en cada poema
que desembarca
su metáfora
de nitrato y madera.
Escribo en
hojas mi otoño
Vivo en lluvias
mi dolor
Sueño en
lunas tus besos Mujer
Emigro en
olas y alas desde mi silencio
Naufrago en
amores imposibles
Y sin
embargo
Escribo en
la húmeda arena
Poemas que solo
el mar leerá.
Me desbordo
Cuan río
fuera de su cauce
Demasiada
melancolía
No cabe en
mi corazón tan pequeño.
Camino, pero
mis huellas se las lleva el viento,
Se humedecen
mis ojos de sal
Cuando besa
mi rostro la brisa del mar.
Tengo
tristezas que me habitan como hormigas.
Vacías mis
manos sin la tibia copa de tus pechos
Amargo mis
labios sin la uva de tus besos
Ciego mis
ojos sin tu mirada Mujer
Esta noche
en que la luna duerme oscura y ausente
Eres entre
estos versos disueltos en sal
Una estrella
imposible en la constelación
De mi
corazón tan pequeño
Que ya no
cabe tanta melancolía
Que me
regala en olas el mar.
©WalterPineda™