No me tientes a buscar tu boca
como el
náufrago que en la noche
se aferra a
la luna para sostenerse
en la
soledad de sus sueños.
No me tientes a buscar en tus brazos
trigales
tibios en el panal de tus pechos,
ni vendimias
húmedas entre las uvas
que maduran
en tu jardín de primavera.
No me tientes a buscar tus ojos
cuando mi
sed por tu mirada
traspasa el
umbral de mi corazón
que te
inclina como espiga hacia Ti.
No me tientes a buscar tus manos
cuando la
tristeza es oleaje salino
en mi pecho
y en mi sangre,
porque de Ti
me alimento como llaretal sediento.
No me
tientes a buscarte a medianoche
cuando eres
ausencia viva en mi lecho,
y necesito
segar en tu piel mi poesía
para vivir
otro poco sin Ti.
©WalterPineda™