POSTALES
DEL CORAZON
I
Sucedió así
Bendecida por los beso de mi boca...
cerrarte los ojos y me regalaste tu dulce piel...
Bendecida por los beso de mi boca...
cerrarte los ojos y me regalaste tu dulce piel...
porque el
corazón de un poeta
no tiene fronteras ni límites conocidos...
pero
no tiene fronteras ni límites conocidos...
pero
¡¡¡Cómo se estremece cuando la primavera
tiene el nombre de una sola mujer ¡¡¡
tiene el nombre de una sola mujer ¡¡¡
II
Sucedió así…
Mientras el
viento escribía
melancolía en caligrafía de hojas,
yo por los árboles de la alameda
iba coleccionando tus besos...
melancolía en caligrafía de hojas,
yo por los árboles de la alameda
iba coleccionando tus besos...
a la luz de
una tímida luna
te robe los
suspiros de oro
de tu
corazón derretido,
bajo los
boldos secretos
tu piel toda
desnuda
fue el
poesía en mis manos,
revolcados
entre hojarasca y tierra
nos besamos
el corazón con el alma,
y nos
hicimos cómplices de la primavera.
III
Sucedió así…
En el
corazón de un poeta
hay tesoros
escritos con oleaje y cerezas,
memorias
vividas con el alma,
besos que se
guardan en cofres de plata,
recuerdos de
llamas y trigos segados,
de suspiros
tejidos bajo embrujo de luna,
intensos
nudos de carne y huesos,
fulminantes
momentos de gloria,
profundos
verbos conjugados en carne,
amaneceres
húmedos de besos y orgasmos,
atardeceres
en hermosos templos dorados.
Afuera la
lluvia el trueno y el viento
Eran
cómplices de nuestra desnudez y entrega.
IV
Así sucedió,
bajo
encantamientos de versos,
como miel
derretida en mi boca,
como
mantequilla derretida en mis manos,
como cera
derretida a luz de una vela,
ella, la que
se regalo desnuda
sin
condiciones ni peros,
la que
entera se hizo tentación y pecado,
la que en el
cáliz de su rosal perfumado de tierra
se hizo
tinta, verbo, sustantivo,
para los versos
de un poema
escrito bajo
la hambrienta sed de mis besos
que solo se
lee en noche de luna ausente.
V
Sucedió así
Yo soñaba con
ella en el invierno
Llego con la
primavera
Fuimos
verano candente
Pero el adiós
Fue cuando el
otoño
contaba con
el viento hojas…
Doce lunas
fueron su amor
doce veces
bajo el cielo
doce veces en
el mar
doce veces en
el viento
doce rosas
en el jardín
y en una
despedida silenciosa
como muerte
súbita
No tengo
explicación
Y nunca más
supe de ella.
Que quedo de
su presencia
Solo su
retrato en mi memoria
Su perfume
entre las sábanas
Su pelo en
la peineta
Y la marca
de sus labios
en lo canela
de mi piel.
VI
Sucedió así…
Bajo la luna
creciente en primavera
Con
estrellas de testigo en muda presencia
Junto al
rumor del mar que descalzo
escribía su
salina cantata de olas
Con una
brisa cálida como tu piel
Entre besos que
quemaron voluntades
Con los
corazones dando todo su ritmo profundo
Con las
manos buscando tesoros piratas
Con nuestros
ojos mirándose entre tenues sombras
nos hicimos
carne y suspiros
hasta perder
toda noción de tiempo y espacio
nos hicimos soplo
en la greda caliente
para el trigal
de nuestros deseos.
Quedo en la arena
la forma de tu cuerpo y el mío
Que el mar
lentamente se fue llevando
Dejando solo
la sal de sus pasos.
Yo escribí
tu nombre de caracola
En la
humedad forastera del alba
Tu piel
sabía a sal y arena,
Tu boca a
océano y viento
Tus pechos a
rosales de luna
Tu pelo a
las algas que peina el mar
Y tu corazón
que era mío
Sabía a la
tierra madre en primavera.
Un día te
quedaste dormida
sin mis
brazos ni mis besos,
lejana como
una estrella
que cierra
la copa de sus pétalos,
apagaste tus
ojos,
y te fuiste
a soñar con el mar
que nos dio
vida
una noche
sin luna,
se quedo quieto
tu corazón en primavera
y a mí me
dejaste no solo este frio vacío en mi vida,
sino que en
herencia me dejaste el largo otoño
para llorar
en hojas tu ausencia definitiva…
Amándote
como te amé
despacito me
fui acostumbrado a tu ausencia,
a tu
ausencia que huelo cada vez que la luna
y el mar se
conjuga en olas y nostalgia,
entonces una
invisible lágrima de mi corazón
cae como
rosa deshojada sobre el silencio.
VII
Así
sucedió...
parecía frágil
paloma,
débil trigal
en el viento,
sufría de
soledad y silencio,
vino sola y
descalza a mi tiempo,
y en un beso
perdió la memoria
quedo en
coma inducido
en la
urgencia de mis brazos
a merced de
mis besos de lobo
y las tarántulas
tejedoras de mis manos
hicieron finas
redes invisibles en su piel.
Se moría...
se moría entre mis brazos
y contra mis
carnes se agarraba
como un
naufrago a un trozo de vida.
Enlazados
entre sábanas húmedas
la tarde
bajaba por el muro
cuan
enredadera arañando los ladrillos,
Así yo en el
arco de su cintura...alucinaba,
en la gloria
de sus pechos
mis boca mi
lengua mi sed.
y mientras
la luna pasaba por la ventana
cayendo su
luz cenicienta en la alfombra,
ella, la que
decía que me amaba,
huyo ladrona
de besos y suspiros
para siempre
entre las rosas negras
que crecían
en la cal del muro...
perfumado su
cofre con poesía.
Cómo así
sucedió
así mismo se
olvido ¡¡
©Waltherpineda2013