Mujer,
quiero mirar
en tus ojos
el reflejo
puro y transparente
de tu
corazón
y desear tus
labios
como fruta
predilecta.
En ti
únicamente
puedo ser lo
que me da vida.
Dios puso en
ti la comunión tibia
para
comulgar nuestras tristezas
y tocar por
un momento breve,
carne a
carne boca a boca,
el paraíso
que se nos negó
hace ya
tantos años ¡¡¡
Mujer,
me nutro de
la miel de tu sonrisa,
y en lo que
tejen tus manos suaves
en mi piel
como redes invisibles.
Sentirte
cerca
a un beso de
distancia,
a tiro de un
suspiro
o a una
simple ráfaga de tu aroma,
es caricia
en mi alma obrera.
Mujer,
en tu rostro
sobre el mío,
en tu pelo
sobre mi rostro,
en tus
pechos en mis labios,
en tu
horcajadas en mi pecho
en tus
suspiros y los míos,
en cada
marea que nos lleva y nos trae,
tu y yo
somos de dios el pecado favorito.
WalterPineda©