Hay momentos
en que tu
recuerdo se transforma
en una luz
tenue en medio de tanta sombra...
Mis ojos
tristes porque te extrañan,
la piel
reseca sin tus caricias,
la boca
sedienta sin tus besos,
las manos
vacías sin tu greda,
con el
corazón casi en estado de coma,
con el alma
en un cauce de angustias,
soy una
sombra que se lleva el viento.
Hay momentos
en que el
recuerdo de tus brazos
me comprime
contra la noche abandonada
a la soledad
de las estrellas
Y la luna en
su paso lento
va cortando
con invisible filo
la
medianoche en que te extraño.
Las frías
sabanas de mi lecho
me envuelven
como mortaja.
El callado
dolor de no tenerte.
El
silencioso dolor de no escucharte.
El profundo
dolor de no vivirte.
Tu voz me
persigue como una avispa,
Tu risa es
un ruido de campanas lejos,
El recuerdo
de tu perfume se me escapa
como una
mariposa de entre los dedos.
Tan cerca
que estabas de mi corazón
Pese a todo
un hemisferio de por medio ¡¡¡
Tan mía que
eras cada luna llena,
Tan profunda
y cobriza que eras en tu entrega ¡¡¡
Entre
lágrimas invisibles te recuerdo ahora
Al borde de
este día que me absorbe
Y me consume
como una lámpara de aceite.
Hay momentos
En que el
alma es un náufrago dentro del corazón.
©Walter Pineda2018
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